05 febrero 2007

El Valor Total de la Oportunidad

El mundo de los negocios, en este comienzo del siglo XXI, está dominado por métricas relativas tanto al desempeño operativo en las áreas de recursos humanos, mercadeo, producción, logística, etc., como en métricas basadas en los indicadores financieros tradicionales (Retorno sobre la Inversión y muchísimos otros). Este enfoque, aunque muy importante y necesario, deja de lado aspectos esenciales de tipo estratégicos, que definitivamente aportan valor a la organización y de los cuales, no necesariamente podemos calcular, en el presente, un flujo monetario asociado a sus beneficios.

Un primer ejemplo ilustrativo sería el desarrollo del capital humano, en el cual podemos calcular los costos de entrenamiento y capacitación, pero a la hora de medir los beneficios concretos, nos encontramos en terreno de lo probable. Otro ejemplo similar viene del lado de la gerencia de activos intangibles, tales como el valor de una marca ó la imagen que proyecta la corporación. Igual ocurre con aquellos casos relativos al posicionamiento estratégico que se derive de la realización ó no de un proyecto. Por último, cito los inmensos beneficios generados por el área gerencia del conocimiento, de tanta importancia estratégica para las empresas modernas, pero de difícil medición en cuanto a cuantificación de flujos de caja.

Los indicadores financieros tradicionales se han quedado rezagados a la hora de medir el dinamismo del mundo actual y todos los factores que hoy día aportan y crean valor, tanto en empresas como en proyectos. Esto se deriva, en parte, por los principios contables generalmente aceptados (GAAP), como el de materialidad y el criterio conservador, los cuales fallan en la medición de los aspectos abstractos de una iniciativa.

Por todo lo anterior es que surge el concepto de “Valor Total de la Oportunidad” el cual intenta evaluar y monetizar todos los factores intangibles, estratégicos, del conocimiento, de riesgos, y finalmente financieros, que pueden impactar positiva ó negativamente los componentes de valor de una propuesta.

Hacer una descripción detallada de la metodología para valorar proyectos especiales, cae fuera del alcance de esta breve reseña. No obstante podemos describir diferentes aspectos que pueden despertar la curiosidad del lector de conocer más. En todo caso, la metodología debe comenzar con el reconocimiento y análisis exhaustivo de la oportunidad misma que se presenta frente a una situación dada. Las oportunidades pueden surgir en diferentes frentes y entre los más visibles tenemos:

1) Aplicación de nuevas tecnologías / aplicación de nuevos conocimientos.
2) Cambios en las estructuras: económicas, sociales, políticas y de los mercados.
3) Cambios en las percepciones.
4) Innovaciones en los procesos empresariales.
5) Aprovechamiento de situaciones desconocidas.

La explotación de las oportunidades, deben causar algún impacto en los indicadores generales y/ó en los indicadores funcionales y/ó en los indicadores financieros. Estos indicadores ó métricas se encuentran enmarcados dentro de las distintas vista de la empresa tal y como lo expone el Cuadro de Mando Integral (CMI) de donde podemos construir un mapa con las relaciones causa-efecto de la organización ó del proyecto que apunten hacia un mayor rendimiento del capital invertido (ROI) ó del capital social (ROE).

A continuación, podemos desarrollar un algoritmo de mediana complejidad que, basados en las métricas mencionadas, logre capturar todos los elementos que agregan valor a la propuesta. Luego, completamos el algoritmo con asignaciones monetarias a fin de obtener el Valor Presente Neto Total de la iniciativa bajo estudio.

Una variación a la metodología planteada es sustituir ó complementar la aproximación del CMI con el empleo de opciones reales, las cuales brindan una gran flexibilidad en la valoración de proyectos especiales, incluyendo los de tipo social, pues logra amalgamar el rigor financiero de las técnicas de Flujo de Caja Descontados (FCD) con los aportes y avances de la planificación estratégica.

Las Opciones Reales representan una técnica bastante más conveniente para valorar que el FCD, en aquellos proyectos en los cuales se requiera la necesidad de manejar posibilidades (opciones) tales como diferir, expandir, subdividir, ó abandonar el proyecto de presentarse contingencias pre-definidas. Adicionalmente, es el instrumento ideal de valoración frente a situaciones que presente alto grado de incertidumbre.

Dejaremos para un próximo artículo más pormenores de las opciones reales.

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