Si Lehman Brothers fue un desastre, imagínense ustedes lo que hará la nacionalización de la banca. Con esas palabras nos advierte Bill Cross sobre los peligros de tal acción. Pero más que advertencia, hay muchos detalles a considerar. Muchas voces se unen en contra de la posición de Nouriel Roubini de tomar por asalto a los accionistas (borrarlos), botar (fire) a la junta directiva y directores, sanear las cuentas y devolver los bancos al sector privado. Suena fácil pero conlleva muchos peligros...
Hay unos 8300 bancos en USA; nacionalizarlos a todos es a todo efecto imposible. Ni siquiera las autoridades Americanas tienen al personal ni los recursos para tamaña tarea. La solución sería, nacionalizar a los cuatro más pesados; pero entonces como apunta Alan S. Blinder, el quinto en la lista será objeto de la acción depredadora de los especuladores en corto, lo que llevaría su stock a prácticamente cero. Habría que nacionalizarlo también y luego irían por el sexto, el séptimo y así hasta el infinito.
Este camino es impensable. Lo anterior, lejos de despertar confianza, crearía exactamente lo opuesto: crearía un ambiente de terror y zozobra. El resultado de esta serie infinita de nacionalizaciones, sería el de un clima de agitación social, para no hablar de revueltas y saqueos como vaticina Gerald Celente. Por otra parte hay que reconocer que entre más se le de recursos a bancos Zombi (muertos pero operativos) más tardará en darse una verdadera recuperación. Se hace pues difícil encontrar una solución.
La otra alternativa, en sustitución de la anterior, es la aproximación buen/mal banco. Se trata de separar los buenos activos de los malos para todo banco en problemas.
¿Pero, cómo separar los pasivos? Allí está la dificultad según apunta Paul Krugman, pues de colocar todo lo vicioso en una sola cesta, atraería múltiples demandas de los poseedores de bonos del banco malo. Eso –afirma Krugman- sería equivalente a socializar las pérdidas (entre los contribuyentes de impuestos) y privatizar las ganancias (para los accionistas), un cuadro muy bochornoso para la gran mayoría.
Con ven, no hay salida fácil a esta crisis.
Hay unos 8300 bancos en USA; nacionalizarlos a todos es a todo efecto imposible. Ni siquiera las autoridades Americanas tienen al personal ni los recursos para tamaña tarea. La solución sería, nacionalizar a los cuatro más pesados; pero entonces como apunta Alan S. Blinder, el quinto en la lista será objeto de la acción depredadora de los especuladores en corto, lo que llevaría su stock a prácticamente cero. Habría que nacionalizarlo también y luego irían por el sexto, el séptimo y así hasta el infinito.
Este camino es impensable. Lo anterior, lejos de despertar confianza, crearía exactamente lo opuesto: crearía un ambiente de terror y zozobra. El resultado de esta serie infinita de nacionalizaciones, sería el de un clima de agitación social, para no hablar de revueltas y saqueos como vaticina Gerald Celente. Por otra parte hay que reconocer que entre más se le de recursos a bancos Zombi (muertos pero operativos) más tardará en darse una verdadera recuperación. Se hace pues difícil encontrar una solución.
La otra alternativa, en sustitución de la anterior, es la aproximación buen/mal banco. Se trata de separar los buenos activos de los malos para todo banco en problemas.
¿Pero, cómo separar los pasivos? Allí está la dificultad según apunta Paul Krugman, pues de colocar todo lo vicioso en una sola cesta, atraería múltiples demandas de los poseedores de bonos del banco malo. Eso –afirma Krugman- sería equivalente a socializar las pérdidas (entre los contribuyentes de impuestos) y privatizar las ganancias (para los accionistas), un cuadro muy bochornoso para la gran mayoría.
Con ven, no hay salida fácil a esta crisis.
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