11 julio 2008

El Fraude en el Negocio del Riesgo

Todo fraude es doloroso pues perjudica a la persona contra quien se comete. Fraude es toda acción contra la verdad. Cuando nos hacen creer que el riesgo es idéntico a la volatilidad y peor, sin darnos el contexto apropiado, simplemente nos están estafando.

No hay manera de medir la volatilidad a futuro pues nadie está provisto de una bola de cristal. Quien dice que conoce el futuro y diga que lo tiene bajo control, es un charlatán.

Ah! Pero nos dicen que conocen la volatilidad histórica y con ello tenemos las llaves del futuro! ¡Invierta con nosotros! Bueno; enviémosles nuestro perdón con todo cariño, pues no saben lo que dicen. La verdad es que lo pasado, pasado es y con frecuencia resulta en un pésimo consejero de lo que vendrá. Es igual a manejar un vehículo por medio del espejo retrovisor.

Nadie puede enseñorearse que tiene bajo control a un portafolio de inversión, ni incluso empleando técnicas de cobertura pues estas técnicas dependen que se mantengan ciertas correlaciones y cuando se producen dislocaciones financieras graves, esas correlaciones se rompen. Pregúntenle al premio Nobel Robert Merton que sucedió con sus famosas correlaciones estadísticas (statistical arbitrage) durante la crisis del Rublo de 1998. Simplemente dejaron de funcionar durante todo el recorrido de aquel escollo.

En este sentido, la renombrada Gerencia de Riesgo, es fundamentalmente una ilusión. Es una manera de hacernos sentir muy profesionales, empleando técnicas matemáticas complicadísimas, pero a la hora de una crisis, muy frecuentes por cierto, sirven de poco. Generalmente los que trabajan en Gerencia de Riesgo son unos tíos muy soberbios, con sus honorables excepciones, claro. Es la misma soberbia que embriagó a los ingenieros del Titanic que se atrevieron a pronunciarlo, insumergible! La única forma de estar verdaderamente a salvo, si es que se presenta una catástrofe, es no estar expuesto a ella. Aquellos que perdieron la travesía inaugural del tristemente célebre Titanic en una partida de póker, estuvieron siempre seguros. Así, la mejor técnica que conozco en tiempos turbulentos es permanecer fuera del mercado lo cual sólo se puede lograr con fondos de relativo bajo tamaño, para efecto de su rápida liquidación. Los fondos profesionales no pueden cerrar sus posiciones, primero porque las regulaciones le exigen que inviertan sus fondos según lo indica el prospecto correspondiente y la segunda razón es por el tamaño. No podemos liquidar en pocos días 70.000 millones sin ser la causa primera de la debacle.

Tiene ahora muchísimo sentido ensayar una definición de riesgo, que ponga en jaque a los presuntuosos de la Banca: estamos en riesgo cuando nos exponemos a situaciones donde puede ocurrir lo inimaginable (Titanic, Sep. 11, etc.) y justamente en los mercados de valores, estas ocurrencias son más frecuentes de lo que estamos dispuestos a conceder. (“Si lo admitimos, nuestra credibilidad quedará arruinada; es mejor que se arruinen los clientes”, así piensan algunos.)

Lo inimaginable es algo bien cercano y común a nosotros; parece como si estuviésemos hablando que nos invaden los marcianos. No! Lo inimaginable es simplemente cuando ocurre algo que no estaba contemplado en nuestro conjunto de posibilidades. Me he tomado la molestia de medirlo y esto ocurre al menos una vez en cada ciclo estocástico, en un máximo de 14 días. Lo pueden verificar en la media: lean a los supuestos expertos decir: “es que no nos habíamos planteado que Bear Stearns pudiera quebrar como quebró” . . . “Es que . . .

El concepto de riesgo como si fuese una sola unidad con la volatilidad, es más que nada, una herramienta de mercadeo para atrapar nuevos y desprevenidos clientes pues otorga una falsa sensación de seguridad y profesionalismo. Parece que pregonar la verdad sobre lo que es realmente el riesgo no es tan buen negocio, pues el público se colocaría a la defensiva, ¡como debe ser!

Siempre me ha dado buenos resultados el ser verídico; lo más apegado posible a la verdad; lo recomiendo ampliamente. La falsedad y/o la ambigüedad, ¡no paga!

1 comentario:

  1. pues yo creo que en el muy corto plazo si se puede saber que la volatilidad futura (inmediata volatilidad) se va a suceder. [saber que va a ser mayor]

    ¿como? pues bien, hay momentos en el que el mercado se queda absolutamtne plano y tranquilo, consolidando un nivel. teniendo en cuenta que el sol sale todos los dias por el este, también confiaremos que el descanso de la volatilidad sea pasajera. ¿porque? porque un mercado con baja volatilidad, tendrá por necesidad que aumentar su volatilidad a no ser que sea un mercado a extinguir.

    es decir, baja volatilidad anticipa alta volatilidad y viceversa. de igual manera que a la tempestad siempre le sucede la calma.

    hay un indicador, que ayuda mucho que son las bandas de bollinger. este indicador responde muy bien al principio especulativo de "el precio" lo esta haciendo.

    bueno, un abrazo de vil-trader

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