Dedicado con todo cariño a
Beatriz Pineda de Sansone
Uno de los temas claves en el estudio de las Finanzas es el tema de la estructura de capital de una empresa ó simplemente, el estudio del capital. Es por ello que siempre me ha interesado todo lo relacionado con este tema, incluyendo el análisis de “Das Capital” de Carlos Marx. Tantos puntos de vista he revisado que no sabría por donde comenzar a comentar sobre este tópico tan apasionante y tan significativo para el desarrollo de la humanidad.
La importancia del tema es innegable: los investigadores Merton Miller (Norteamericano) y Franco Modigliani (de origen italiano), ganaron el premio Nóbel de economía de 1985 por sus teoremas sobre la estructura de capital. Marx efectuó toda una revolución con sus estudios y actualmente, aquí en Latinoamérica, es tema de ardiente discusión. Para introducirme en las controversias, se me ha ocurrido que lo primero sería establecer una clara distinción entre los tres aspectos mencionados en el título. Las opiniones sobre este tema siempre conllevan una buena dosis de emotividad, es por ello que para no caer en diatribas trataré de ser lo más objetivo posible. Veamos:
El Capital - en su concepción más sencilla - es una herramienta de trabajo. En este sentido es muy parecido a un destornillador ó a un martillo: estos últimos no son ni buenos ni malos por sí mismos, aunque muy bien pueden ser utilizados para dañar al prójimo. El capital es un bien - una herramienta - que se emplea para la producción de otros bienes, así de simple: es un medio de producción. Por tanto, el dinero, los equipos y el conocimiento (saber como… “know how”) son todos ellos capital. Mantengámonos flemáticos y reconozcamos eso: el capital no es ni bueno ni malo como tampoco lo es una herramienta: lo único evidente es que el capital es un medio esencial para el desenvolvimiento y desarrollo de la humanidad.
¿Por qué entonces tanto alboroto con el término “Capital”? La efervescencia viene probablemente con su acumulación: la acumulación de capital es una medida de riqueza y esto por supuesto, levanta resquemores. La riqueza en exceso, trae poder a quien la posee y ya esto levanta recelos. Deberíamos entonces aprender a distinguir al capital como un medio de producción y al capital como un medio de ostentación. Lo que irrita al ser humano es la ostentación de riqueza en manos de unos pocos. Un punto importante es que si decidimos mantener a coto los niveles de ostentación por razones de justicia social, no necesitamos destruir la herramienta, el capital. Esa solución sería bastante primitiva.
La propiedad sobre el capital (titularidad sobre los medio de producción) es otro tema. Tenemos básicamente dos alternativas:
1) Puede estar bajo el control del estado (propiedad pública: manejado por el gobierno y por lo tanto capitalismo de estado)
ó
2) Puede estar en manos de particulares (propiedad privada) y en ambos casos - pública ó privada - sigue siendo lo mismo: el capital.
Cabe la posibilidad que sea mixto (público-privado) pero es una derivación de los dos tipos básicos anteriores.
Fíjense que para mantener las ideas claras y distintas, no estoy considerando en este momento otras precisiones sobre “Capital” pues al final, cualquier otro tipo de éste como por ejemplo, el llamado “capital comunal ó social”, va a caer bajo la titularidad gubernamental ó va a ir al ámbito y dominio privado. Dicho sea de paso que lo que caracteriza al mencionado capital social(1) es el hecho que los beneficios provienen del aprovechamiento de redes sociales, eso es todo; su titularidad continúa adscribiéndose a alguno de los dos tipos básicos antes citados.
Pasemos ahora a discutir sobre la tercera categoría señalada en el título: el Capitalismo. Se dice que el Capitalismo es un sistema en donde los medios de producción están en manos privadas. Esa definición puede ser correcta como ya indicamos pero es muy limitada e imprecisa. El capitalismo es mucho más que la simple posesión de los medio de producción por grupos de particulares: es todo un estilo y filosofía de vida. Es un paradigma, es decir, es un modo de ver y sentir la vida.
El capitalismo como estilo de vida, es un sistema basado en la libertad personal y la libre iniciativa. Que si eso es bueno… que si eso es malo... es un tema de eternas discusiones al igual que intentar sentenciar si un alicate es bueno ó es malo: depende de cómo se use… de cómo se use la libertad y la libre iniciativa! Por tanto, el Capitalismo bien vale la pena estudiarlo como una categoría con sentido propio, distinguiéndolo de las otras dos connotaciones ya comentadas: Capital y Propiedad del Capital.
Hasta aquí, todo ha sido muy sencillo; pero en seguida empiezan las complicaciones: que si las privatizaciones, que si el neoliberalismo, que si el neocolonialismo. Uy que enredo! Cualquiera se marea con tantas mezclas. No nos confundamos: todos esos “ismos” son diferentes corrientes entre los practicantes de un estilo de vida casi universal: el capitalismo. Pero ninguno de ellos pre-definen y/ó limitan al concepto puro y simple del mismo: un sistema basado en la libertad personal y la libre iniciativa. Mantengamos estas ideas así: puras y simples, para no enmarañarnos en esta primera entrega sobre tan interesante tópico.
De nuevo: si lo que nos incomoda es la ostentación de los pocos - de las oligarquías - no por ello debemos acabar con la libertad personal y la libre iniciativa, eso sería muy torpe. Existen muchas soluciones al problema de la distribución de la riqueza, entre ellas, una solución de tipo fiscal: más impuestos a los que más ostentan, como es el caso de los países del norte de Europa donde sobre un sistema de relaciones de la sociedad de tipo capitalista, han sobre-impuesto un sistema de bienestar social para las mayorías.
Es mucho lo que necesitamos discernir sobre este modo de ver y sentir la vida llamado, Capitalismo. Deberemos dedicarle un ensayo a este tema.
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(1) Capital Social. Virtudes y Limitaciones. Margarita Flores y Fernando Rello.
La importancia del tema es innegable: los investigadores Merton Miller (Norteamericano) y Franco Modigliani (de origen italiano), ganaron el premio Nóbel de economía de 1985 por sus teoremas sobre la estructura de capital. Marx efectuó toda una revolución con sus estudios y actualmente, aquí en Latinoamérica, es tema de ardiente discusión. Para introducirme en las controversias, se me ha ocurrido que lo primero sería establecer una clara distinción entre los tres aspectos mencionados en el título. Las opiniones sobre este tema siempre conllevan una buena dosis de emotividad, es por ello que para no caer en diatribas trataré de ser lo más objetivo posible. Veamos:
El Capital - en su concepción más sencilla - es una herramienta de trabajo. En este sentido es muy parecido a un destornillador ó a un martillo: estos últimos no son ni buenos ni malos por sí mismos, aunque muy bien pueden ser utilizados para dañar al prójimo. El capital es un bien - una herramienta - que se emplea para la producción de otros bienes, así de simple: es un medio de producción. Por tanto, el dinero, los equipos y el conocimiento (saber como… “know how”) son todos ellos capital. Mantengámonos flemáticos y reconozcamos eso: el capital no es ni bueno ni malo como tampoco lo es una herramienta: lo único evidente es que el capital es un medio esencial para el desenvolvimiento y desarrollo de la humanidad.
¿Por qué entonces tanto alboroto con el término “Capital”? La efervescencia viene probablemente con su acumulación: la acumulación de capital es una medida de riqueza y esto por supuesto, levanta resquemores. La riqueza en exceso, trae poder a quien la posee y ya esto levanta recelos. Deberíamos entonces aprender a distinguir al capital como un medio de producción y al capital como un medio de ostentación. Lo que irrita al ser humano es la ostentación de riqueza en manos de unos pocos. Un punto importante es que si decidimos mantener a coto los niveles de ostentación por razones de justicia social, no necesitamos destruir la herramienta, el capital. Esa solución sería bastante primitiva.
La propiedad sobre el capital (titularidad sobre los medio de producción) es otro tema. Tenemos básicamente dos alternativas:
1) Puede estar bajo el control del estado (propiedad pública: manejado por el gobierno y por lo tanto capitalismo de estado)
ó
2) Puede estar en manos de particulares (propiedad privada) y en ambos casos - pública ó privada - sigue siendo lo mismo: el capital.
Cabe la posibilidad que sea mixto (público-privado) pero es una derivación de los dos tipos básicos anteriores.
Fíjense que para mantener las ideas claras y distintas, no estoy considerando en este momento otras precisiones sobre “Capital” pues al final, cualquier otro tipo de éste como por ejemplo, el llamado “capital comunal ó social”, va a caer bajo la titularidad gubernamental ó va a ir al ámbito y dominio privado. Dicho sea de paso que lo que caracteriza al mencionado capital social(1) es el hecho que los beneficios provienen del aprovechamiento de redes sociales, eso es todo; su titularidad continúa adscribiéndose a alguno de los dos tipos básicos antes citados.
Pasemos ahora a discutir sobre la tercera categoría señalada en el título: el Capitalismo. Se dice que el Capitalismo es un sistema en donde los medios de producción están en manos privadas. Esa definición puede ser correcta como ya indicamos pero es muy limitada e imprecisa. El capitalismo es mucho más que la simple posesión de los medio de producción por grupos de particulares: es todo un estilo y filosofía de vida. Es un paradigma, es decir, es un modo de ver y sentir la vida.
El capitalismo como estilo de vida, es un sistema basado en la libertad personal y la libre iniciativa. Que si eso es bueno… que si eso es malo... es un tema de eternas discusiones al igual que intentar sentenciar si un alicate es bueno ó es malo: depende de cómo se use… de cómo se use la libertad y la libre iniciativa! Por tanto, el Capitalismo bien vale la pena estudiarlo como una categoría con sentido propio, distinguiéndolo de las otras dos connotaciones ya comentadas: Capital y Propiedad del Capital.
Hasta aquí, todo ha sido muy sencillo; pero en seguida empiezan las complicaciones: que si las privatizaciones, que si el neoliberalismo, que si el neocolonialismo. Uy que enredo! Cualquiera se marea con tantas mezclas. No nos confundamos: todos esos “ismos” son diferentes corrientes entre los practicantes de un estilo de vida casi universal: el capitalismo. Pero ninguno de ellos pre-definen y/ó limitan al concepto puro y simple del mismo: un sistema basado en la libertad personal y la libre iniciativa. Mantengamos estas ideas así: puras y simples, para no enmarañarnos en esta primera entrega sobre tan interesante tópico.
De nuevo: si lo que nos incomoda es la ostentación de los pocos - de las oligarquías - no por ello debemos acabar con la libertad personal y la libre iniciativa, eso sería muy torpe. Existen muchas soluciones al problema de la distribución de la riqueza, entre ellas, una solución de tipo fiscal: más impuestos a los que más ostentan, como es el caso de los países del norte de Europa donde sobre un sistema de relaciones de la sociedad de tipo capitalista, han sobre-impuesto un sistema de bienestar social para las mayorías.
Es mucho lo que necesitamos discernir sobre este modo de ver y sentir la vida llamado, Capitalismo. Deberemos dedicarle un ensayo a este tema.
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(1) Capital Social. Virtudes y Limitaciones. Margarita Flores y Fernando Rello.
felicitaciones... exelente y acertada explicacion sobre tan controversial tema
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